Pesadilla


Hoy en el filo de la mañana me encontré despierta
Y quise correr hasta el agote de tus pasos
Desde allí mismo taparte la boca a besos
...Ofrecerte como sacrificio mi cuerpo en tajadas
Porque extraño tu pluma hiriente al costado
Y el suave vino de tus labios que se convierten en besos
El tibio roce de tu cuerpo en mis entrañas
El calor de tu lujuriosa piel sobre mis sábanas
Me cala hondo el abandono, la ausencia, el no tenerte
Me lleva a infierno de un solo viaje
Y me deja en la penumbra de lo incierto
Con la amargura insomne de la muerte.

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