Un café...


El aroma a grano molido envuelve el pequeño lugar, afuera el sol entibia las calles, en el rincón una mesita  y ellos compartiendo un café.
Un café que huele a adioses, a partidas, a nunca más, un café servido en unos ojos que no se volverán a encontrar.
Él la mira buscando en ese rostro, recuerdos que le acompañarán, cuando al otro lado del mundo esté.  Ella traslada su mirada a esos ojos que no se cruzarán, delinea esa boca de la cual quedará sedienta de beber y sonríe pensando en los momentos, en las noches que se dejó ir, olvidando las partidas. 
Él habla, le explica, gesticula y su cara de niño se oscurece, ella no oye, no escucha, sólo toma su café…
y en un momento está de pie a su lado, se acerca, le besa los labios por última vez, reteniendo el sabor en su boca, ella se aleja sin voltear.... derramándose!!!...
él ...no lo sé.
 

Ya dije, este café tenía aroma  a despedida.


Berenice (d°s reservados)

Ausencia

Busco tu boca ausente
En esta noche desvelada
Sintiendo el vacío insostenible
De tanto beso adeudado
Te apareces en mis sueños
Tomando todos mis sentidos
Dejando el alma temblando
Y el cuerpo ansioso y frío
Se confunden los recuerdos
Ante el espejo de los años
Se me trizan los ojos
De contener las cascadas
El dolor se hace presente
Robando las mariposas
De la primavera oceánica.