Danzo en soledad
embriagada de ausencias
entre los velos desnudos
contemplando la imagen
de mi cuerpo en el espejo
mi cintura se arquea
como junco en el viento
mi silencio grita
tu nombre ausente
suspiro entre brisas
colores y cantos de aves



mis manos recorren mi vientre
transitando el camino
hacia la perversión
se oye el rumor intenso
de deseos desatados
en el interior se oye
tu nombre otra vez
con distancia de cuerpo
te pienso en la solitaria noche
mientras mis manos te buscan
sobre el valle desértico
espiando la irreverencia
de vivir sin ti.

Palabras


Y las palomas de tus manos
Surcan el infinito de mis mares
Arrasando las llanuras y los valles
Conquistando la tierra prometida
buscando en espacios de tiempo
que no nos pertenecen
aquel encuentro
de tu alma con mi cuerpo
explorador irreverente
de mi loca geografía



me invades
me posees
sin la resistencia mía
vas escribiendo
en mi espalda
todas las palabras nuevas
dejando en el olvido
los días de las tristezas
y abandonando los sinsabores
me hundo a nadar por ellas
buscando en tu boca el beso
que mi sed requiere
en mis cabellos se han posado
los mil días ya sin tí
embriagada de tu aroma
que es mi vino y mi tortura
en aquellas crueles horas
de tu ausencia incongruente
de tu corazón con tu mente
te abandonas y …. Me besas

Él te llama


Mujer llena de fuego
Tus cabellos bailan en su mente
Invaden todo su recuerdo
Y te busca impaciente
En el límite de su cama
En sus pensamiento ronda
El vaivén oceánico de tus caderas
Sueña fundirse en tu piel de luna
Torturado por las cadenas de tus piernas
Y tu ausencia le duele

Te piensa
Te desea
Te invoca
… cada noche



Con otro calor entre sus sábanas
Otro aroma
otra piel que lo reclama
Y él te llama.

De espaldas


Y te alejas,
no te atreves a mirarme,
murmuras algo, te vas.
Casi pienso que lloras,

aunque es casi seguro
que lo haces por inercia,
sin motivos,
como siempre,
como todo.
Te alejas de espaldas,
te veo más grande y más fuerte,
pero sobretodo más frío,
me dejas pequeña,
silenciosa,
melancólica,
sin permitir decir palabra,
sin opción a mirar tus ojos de mar embravecido,
tus labios como mueca,
que se abren con su lengua envenenada.
Te alejas,
en mi estomago se abre un agujero,
y me ahonda,
a cada paso que das,
alejándote de espaldas.
Tu espalda,
esa que era mi mundo,
hoy es un adios definitivo,
lo que deberé recordar de ti,
tu último recuerdo,
me recordará a tu ausencia,
a mis ganas,
a mi soledad,
deseo que te voltees,
sólo un segundo,
que no sigas avanzando,
que des marcha atrás,
que te quedes para siempre.
Pero,
te alejas de espaldas,
y te veo más pequeño, más distante
y la imagen que me guardo eres tú,
de espaldas.

Entrega esperada


Al sentir tus temblores
impregnados de fuego
fuerzas crispadas
dentro de mí
en los confines
de la pasión desenfrenada
de caricias tan largas
como el anochecer
vibras en mis sentidos
me seduces incierto
llenando mi espacio
empapado de ti
me tomas
embistes
estallas
toda tu simiente
mezclada a mi esencia
para florecerer
susurros
gemidos
corazones estremecidos
pasión desmedida
en leve desmayo
muerte esperada
de poetas agudos
que siempre soñaron
el orgasmo bendito
que por fin se comparte
en un solo ser.

Volé



Volé desnuda después de  dejar
 ese momento convertido en espejismo
 donde tu delirio se convierte en poema
 recostando mis sueños sobre tu pecho
 y en mis entrañas todo lo anhelado
 del  fuego que extasiados sentimos
 en el  vaivén asíncrono de mis caderas
 volando sin  fuerzas dejé contigo
 el suspiro final  de mi piel no inmaculada
 de aquel momento en que entre mis piernas
 por breves minutos la muerte nos visitaba

Momento


Mi entrega al  
sentir tus caricias
que envuelven
mis rincones
desnuda la lujuria
que esconden mis te amo
que murmuro en tu cuello
cautiva a mis pasiones
y danzan al unísono
los poros de mi piel
en un tibio escalofrío
sintiéndote a mi espalda
y entonces me robas
el sosiego que sostengo
amándome cual gata
y gimiendo como fiera
importa tan poco
lo demente del momento
sí es o no correcto
Las una y mil razones
que susurras a mi oído
en el enloquecedor instante
que cobijas con tu pecho
la cumbre de mis senos
envuelta en el sudor
que me quema y envenena
desnuda, incierta y bella
me entrego al paraíso
quemante de tus besos.

Adios




Extraño es, este adios sin despedida
El no tener aquel beso final
Tus brazos sosteniendo la curva de mi espalda
Enredado en mis cabellos tu pesar

No lloraré, lo prometo
Quizás una mirada triste nada más
No habrá reproches
Sólo un adios en silencio escucharás

Debo terminar este episodio
O me quedará inconcluso el corazón
Debo verte alejar en tu camino
Tan distante y diferente a mi razón


No habrá comedia
Ni lágrimas rodando por mi rostro
Tan sólo  un simple y silencioso susurro
Que no será oído por tu esquivo amor

Tocando el cielo


Soñarás sobre mi pecho
Luego del encuentro como un soldado herido
desplomado en la batalla
florecerás como un sol dormido
sobre mis colinas
Me embriagaré
de tu viril efluvio.
En la inquietud celestial
venciéndote a mi superficie
me aferraré descalza
a no abandonar el lecho
descansará mi boca
en tu piel húmeda
y pensaré quizás un te amo
con los labios cerrados
Así por muchas horas
habremos muerto en el orgasmo
infinito de la pasión volcada
y renacido mil veces
sintiendo el triunfo
del amor vertido
será tu alma junto a la mía
en nuestros cuerpos unidos
luego de haber tocado el cielo

Y duermes...

Y duermes
invadiendo todo
con tu respirar tranquilo
tu piel trenzada en nicotina
y estas ansias de besarte
en mi noche pendiente
y tú duermes
y yo en desnuda compañía
escribiendo con mis labios tu sentir
te observo desde el abismo de mis deseos
y espero que despiertes pronto
con aquella tranquilidad
que conservas al dormir
miro al hombre que en ti reposa,
y yo transparente
como fuente clara
delicada
divina
velando tu sueño
y te extraño
aunque te sienta
con los ojos cerrados
cual ayuno
quiero esperar tu mirada
y que tu risa
se pose en mis pupilas.