Volé desnuda después de dejar
ese momento convertido en espejismo
donde tu delirio se convierte en poema recostando mis sueños sobre tu pecho
y en mis entrañas todo lo anhelado
del fuego que extasiados sentimos
en el vaivén asíncrono de mis caderasvolando sin fuerzas dejé contigo
el suspiro final de mi piel no inmaculada
de aquel momento en que entre mis piernas
por breves minutos la muerte nos visitaba
Es difícil no volar envuelta en las alas de tu erotismo mágico. Me he puesto el sombrero para poder quitármelo delante tuyo...Bravo amiga mía.
ResponderEliminarEsa "muerte" pequeña, como le dicen, siempre es también una pequeña poesía.
ResponderEliminarY esta gran poesía roza, sin duda, ese momento mágico del amor.
Qué grande y sensual arte, Berenice!